
Habrá spoilers. Soy una bocazas.
La nueva serie de Fox (aun sin fecha de emisión en Spain) se basa precisamente en esta idea. John Amsterdam es un detective de la policía de Nueva York que lleva vivo 400 años. Concretamente desde que un hechizo indio le hizo inmortal en 1642. Nada puede matarle, le han disparado, acuchillado, ensartado en una espada… sin éxito. Solo podrá morir cuando encuentre su mujer ideal, a su gran amor y sus almas se unan.
John no solo no puede morir, sino que además no envejece. No importa en qué siglo viva, ni qué demonios esté haciendo, que siempre tendrá el mismo aspecto. Ha sido abogado, medico, carpintero, policía… en sus numerosos años y, al parecer, trabaja porque quiere ya que puede hacerse rico vendiendo antigüedades de entre los muchos recuerdos de otras épocas que guarda. Ha vivido y trabajado por toda Nueva York y guarda fotos de la misma calle desde 1800 (es un poco Harvey Keitel en Smoke pero llevado al extremo). Solo tiene un confidente que conoce su secreto, Omar, dueño de un bar de Jazz. Ah, y “36” un perro afortunado que dormita siempre sobre un sillón Barcelona.
La vida de John transcurre sin más hasta que un día, en el andén del metro, se le para el corazón. Amsterdam se convence de que esa es la señal, que la mujer que por fin le hará mortal estaba allí y se precipita a buscarla por toda la ciudad. La verdad es que, después de tantos años, de ver morir a tantos amigos, esposas, hijos, seres queridos, de ver cambiar el mundo y darte cuenta de que tú sigues igual para los restos, John está deseando conocer a su amada y, aunque suene macabro, poder morir.
Por eso digo que, al final, siempre resulta que el tema de la inmortalidad es una mierda. Parece guay pero el resultado, lo que nos da a entender la serie tras la trama policial, es que John está muy solo y siempre lo estará. La verdad es que, en los pocos capítulos que llevo, la serie no ahonda mucho en estos aspectos metafísicos que tanto me hacen pensar a mí. Más bien se basa en la resolución de los crímenes en los que trabajan John y su compañera. Ya sabéis, típica compañera que es la antítesis del protagonista, pero que, misteriosamente, encaja con él a la perfección.
La cosa es que la serie tiene un argumento que promete, las tramas policiales son bastante típicas pero me gusta el rollo cínico del detective y sus visiones del pasado. Sí, cuando John recuerda sus vidas pasadas se produce un despliegue de atrezzo bárbaro. Ropajes y decoración incluida.
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