martes, 29 de abril de 2008

Fascinada me tiene

Ando muy perdida en esto del nuevo soul o como dios quiera que se llame esta ola de cantantes "retro" que nos inunda ultimamente. Ando perdida más que nada porque atiendo muy poco a las emisoras de radio típicas pero, en el bar rockero amsterdames del que no sé si he hablado ponían esta canción a diario. Si, si, la verdad es que al dueño no le pegaba nada (grande, chaleco de cuero, tatuajes, harley...) pero le encantaba. Y a mi también.

Como supongo que todo el mundo sabe ya, la chica se llama Duffy y es la nueva sensación en el Reino Unido. Sin duda una voz especial, con mucha fuera y un estilo propio de agradecer en los tiempos que corren.

sábado, 26 de abril de 2008

We´re back

Siempre he dicho que lo mejor de los viajes es lo que aprendes y lo que disfrutas. Si no se dan estos dos factores casi es mejor no ir a ningún sitio. Vamos que si te vas a divertir mucho sin aprender nada es mejor que te quedes en casa, que también lo pasas bien y no gastas tanto. Y viceversa, ir solo a aprender es un coñazo. En resumen, Mery me preguntaba anoche que había aprendido en Holanda y cuanto había disfrutado. Pues no es poco.


He aprendido:
Que el holandés se parece sospechosamente al alemán y puede ser imitado igual, añadiendo en al final de cada palabra. Los viejos rockeros nunca mueren (ni falta que hace). A esquivar tranvías. Que se pueden hacer puentes de lo más variopintos y coloridos. Que las casas pueden pandear hacia cualquier lado sin que den miedo. A soltar la manita del manillar para indicar a que lado quiero girar. Que se puede dormitar en cualquier parque cuando sale el sol. A colocar bien mis cosas en el cesto de la bici sin que se caigan ni sean robadas. Que los amstedameses no son todos altos y rubios (aunque la mayoría son gigantes y blanquecinos). Que las putas son más feas de día (por consiguiente son más guapas de noche, marketing?). A comer con palillos chinos por la calle. Que los canales no tienen porque oler mal. Que Rotterdam no mola tanto como nos quieren hacer creer. Que las central stations no tienen por que estar en el centro. Que el barrio rojo no es rojo de día. Que nunca encuentras un supermercado cuando lo necesitas pero te toparás con mil trescientos cuando ya no te hagan falta. Que si fuera de un coffeeshop pone No Alcohol realmentente significa No Alcohol, por raro que parezca. Cuando un negro de dos metros te habla con su voz grave en plena noche en pleno barrio rojo quiere venderte coca, no ser tu amigo. No les mires a los ojos. Los adolescentes yankies beben brandy antes de dormir cuando están en un país extranjero. Ver telenovelas egipcias a las dos de la mañana mola. Que los mercados de flores flotantes no flotan como yo pensaba. La M40 si es tan redonda como yo pensaba.



He disfrutado:
Bebiendo Heineken. Fumando. Dormitando. Montando en bici. Llevando el cesto de la bici a modo de cesto de picnic por medio Amsterdam. Escuchando rock clásico con gente tan autentica como dichas canciones. Sobando gatos ajenos. Buscando la casa más estrecha del mundo. Paseando por el barrio rojo, por los canales, por los parques inmensos. Comiendo patatas fritas gigantes. Comprando pijaditas en tiendas de souvenirs. Visitando el Kunsthal museum. Mirando con lupa cuadros mínimos. Haciendo cientos de fotos. En las casas cubo. Comprobando como el pumu fue el coche de moda en el 97. Tomando café en un piano bar de época, con espontaneos pianistas incluidos. En una timba de poker ilegal con un oso y sus amigos. Viendo barcos casa. Los trenes silenciosos. Tulipanes, muchos y coloridos tulipanes. Peleandome por las duchas con borrachuzas rubiacas y señores grandotes. Utrecht. Voldenpark. The Doors palace. Spruistraat. Borneo. Silodam. Nemo. Arcam. Van Gogh. Pumu a tope cuesta arriba. Oude Kerk. Dam. Damstraat. Jordan. Venga, vale, todo.

viernes, 25 de abril de 2008

Más lagartos


Una de las series que más me marcó en mi infancia (entre otras muchas) fue V, the visitors, a.k.a invasión extraterrestre. Me flipaban tanto las naves espaciales, las batallas por la supervivencia humana y las gafas de sol de Diana que acabé por comerme el jamón de la merienda como ella los ratones. Me daba un poco de asco que fuera una lagartija por dentro pero, oye, nadie es perfecta y ella mandaba mucho sobre las tropas alienigenas que iban a masacrarnos a todos. Incluso se cargaba a los suyos si lo creía oportuno sin que se le moviera una pestaña. Vamos, idola.

La cosa es que este martes la serie se lanzó en DVD (aquí, los americanos tuvieron una edición maravillosa en 2004) y no dejo de mirarla con deseo. Las oscuras tentaciones siempre surgen cuando una tiene menos posibles. Pero, vamos a lo que importa. Buscando información sobre este tema me he topado en varios sitios con la noticia de que se está preparando una película sobre mis lagartijos favoritos. Por si no lo recordáis, el ultimo capitulo de la serie no dejaba un final cerrado pues fue cancelada antes de tiempo. Se ha descartado que el film siga el guión del capitulo 20 (el que hubiera continuado, vamos) así que no se sabe muy bien de que trataría la peli-continuación. ¿Nuevos visitantes? ¿Antiguos visitantes? ¿Tiene sentido que empiecen donde lo dejaron? ¿Volverá Diana? ¿u otra lagarta malvada buena la hará?

Son muchas las dudas. Lo que es seguro es que la veré, como casi todas las cosas nuevas que apelan a un recuerdo de mi infancia para arrancarme una sonrisa/suspiro/whatelse. Si os fijais ultimamente nuestros 80-90 pretenden volver con fuerza, V, Sensación de vivir... ya hemos tenido remakes de casi todas las peliculas clásicas posibles y los que nos quedan. Supongo que la gente que maneja el cotarro en los usamerica son muy listos y saben que cualquier cosa que nos recuerde que cualquier tiempo pasado fue mejor (aunque no sea así) vende. Y vende muy bien. Sino mirad los anuncios de renault y cocacola, más nostalgicos imposible.

domingo, 13 de abril de 2008

Amsterdam

Llevo tres días soñando que me caigo de la bici y me doy la hostia de mi vida en la ciudad de los canales. Solo espero que no sea un sueño premonitorio.
Ya no queda nada.