miércoles, 19 de noviembre de 2008

All about my Michael

Spoiler Alert; me explayo bastante aunque no quiero. Va a haber espoilers de toda la cuarta temporada, hasta el 4x11, así que lee bajo tu responsabilidad. El que avisa no es traidor.

No sé que me pasa con Prison Break pero no me resisto a esa serie. Sé que dije una y mil veces que, para mí, la serie acababa después de una agónica segunda temporada con Linc, Michael y Sarah en aquel pequeño barco en Panamá. Aunque intenté resistirme, cual gato panza arriba, a una infame tercera temporada no lo hice. Y aunque juré que no vería a cuarta, y que si alguien en mi casa pensaba en descargarla lo haría por encima de mi cadáver, al final soy yo la que la baja semana tras semana.



No sé si es la fuerza de la costumbre, si es un Michael Scofield venido a más (e hinchado a hamburguesas), si la curiosidad por la vuelta de la cada vez más sosa doctora me hizo pecar o si es por ver al Team Scyla, esa gente que antes no se podía ni ver y ahora trabajan codo con codo lo que me hace seguirla pero algo es. Algo me hizo re-cablear mi cerebro y decidir que estaba viendo otra serie, con personajes conocidos pero otra serie, que nada tiene que ver con la primera y apoteósica temporada. Porque es que no tiene nada que ver.



Ese Michael siempre pensativo, atento, con la mirada escudriñadora siempre ON, ha dado paso a un Scofield un poco más “su hermano”. Me explico, no llega a ser la mala bestia que es y siempre ha sido Lincoln pero si es mucho más macarra que antaño. Vale, sigue siendo al que todos miran cuando no saben qué hacer pero ya no tiene todas las respuestas. De hecho tiene más bien pocas.



La vuelta de Sara y la fuga de los presos de Sona están tan cogidas por los pelos que también he tenido que borrarlas de mi cabeza. En serio, ¿un fuego? ¿Me escapé? ¿La cabeza no era mía? ¿así sin más? Triste. Es casi como si pudiera ver al equipo de guión dándose cuenta de que tiene otra serie y no sabe como encajar en ella a la gente que tiene en nómina.



En estos últimos capítulos me he dado cuenta de que el equipo de guión sigue teniendo la misma imaginación que al principio. Las peripecias que se inventan para entrar en la cámara donde se esconde Scyla son bastante geniales pero… ¿había que cargarse a Bellick? Y, sobre todo, ¿era necesario darle un final tan sumamente digno y heroico a un personaje que nunca ha sido tal cosa? Refórmese en dos capítulos y muera como un héroe by Prison Break Team.



Es Mahone el que ha vuelto a ser un gran personaje esta temporada. Ese hombre que nos conquistó como cazador de Scofields en la segunda temporada ha vuelto con fuerza tras su atormentada estancia en Sona donde apenas parecía él. Ahora, como antes, se vuelve a mover por venganza, por instinto, por necesidad. El dolor le une a sus antiguos enemigos, ahora compañeros, pero sin estridencias. Mahone hace lo que tiene que hacer.



Si hay algo que, se supone, debe tenernos en vilo esta temporada es la enfermedad de Michael. Y digo se supone porque a pesar del interés que esto pudiera tener acaba resultando más una molestia. Michael debe operarse pero no lo hace, Michael sufre ataques pero no acaba de sufrirlos… me explico, se marea un poco en los momentos más inoportunos. Ya.



Hay rumores que dicen que morirá y esta temporada será última. Por una parte casi pienso que es lo mejor. Así no habrá más temporadas, toda la agonía Scofield acabará por fin y los que vemos la serie casi por inercia seremos libres. Pero por otra me da pena. Tras cuatro años viendo sufrir al chaval, viendo como todo lo que planea le sale como el culo y que no ha tenido un golpe de suerte en su vida una cree que merece un Happy Ending.

No hay comentarios:

Publicar un comentario