martes, 10 de febrero de 2009

Si son, no eran.

Hacía 12 años que no nos veíamos.



Antes era cabezón, bajito, feo, con gafas de pasta, le olían los pies (seriamente), le faltaba un diente, escupía al hablar y explicaba estúpidamente chistes que no tenían ni puta gracia.



Ahora por lo menos es alto.



Odio que la gente a la que llevo siglos sin ver me salude y se me pare a hablar como si no hubiera pasado el tiempo. No tengo nada que decirles. Generan conversaciones besuguiles que no llevan a nada y que me hacen perder mis valiosos (o no) minutos de asueto.



- ¿Y qué tal te va?

- Bien.

- Ha pasado mucho tiempo.

- Si.

- ¿Entonces todo bien?

- Si.

- ..................

- .............

- Parece que se quedó buena noche.

- Muérete, gracias.



¿De verdad es necesario? ¿Produce algún tipo de placer una conversación así o es solo por compromiso? Por mí que no lo hagan, no pensaré que son maleducados, más bien que me hacen un favor, en serio. Mi otra opción es salir corriendo pero segun con que zapatos me resulta complicado.

3 comentarios:

Lee dijo...

Me paso algo exactamente igual hace un par de semanas. Entre en una tienda y esta persona a la que llevaba años sin ver estaba alli trabajando. Tierra tragame total, no soporto esas situaciones, sobre todo cuando hacen que te des cuenta de lo hipocrita que es la gente. Que horror.

Que bien te ha quedado el blog Iria, esta espectacular!!
Un besazo.

I. dijo...

Gracias Lee!

La verdad es que son tan situaciones tan incómodas como absurdas. Es como... no tengo nada que decirte ¡déjame! jajaja

un beso!

Nokenicus dijo...

Hola, pasando a saludar y tambien para invitarte a que pases y veas mi blog a ver si encuentras algo de tu agrado y si te gusta intercambiemos enlaces, una suerte de fucionar dendritas o algo asi diria yo,je.
Saludos y hasta la proxima.

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